El alba maliciosa a la ventana asoma
Y su tibieza se fascina al encontrar
Nuestros cuerpos que la ternura abraza
Y el embeleso que nos hace soñar.
Nuestro lecho testigo ha sido
De sublimes instantes que alcanzamos,
De los días que los han envejecido
Del goce y la pasión que aún guardamos.
Vasta de afección es nuestra vida
Sin cansar la juventud, sin gastarla,
Ampliando con fuerza el tiempo
Sin juicios, ni temores, sin abandonar
Cuidar las cosas simples es amar
Velar sobre los recuerdos
Es cada día volverse a enamorar.
(Septiembre 2019)

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