Ya no está más aquel horizonte,
Contemplado sin cerrar los ojos,
Que a abandonarme me invitaba,
A placidez y frivolidad,
Escondiendo las palabras
Para entonces, en silencio soñar.
La incertidumbre aparece
Frente a la ineluctable espera
De aquel visitante desconocido
Portador de fantasmas y tristezas,
Y del interminable tiempo muerto
Donde temores y combates navegan
Solo hambre, guerra, angustia,
Llantos que ofuscan,
Miedo que con la justicia tropieza,
Rabia que se aferra al corazón
Y la ausencia que mis sueños penetra
Llevándose a la vez tu amor.
