Tu, pena, que presurosa hasta mí llegas
Como el fuego que la leña abrasa,
Como los sollozos que cortan el suspiro,
Como la muerte que no espera el amanecer.
Mi puerta cerrada como un fantasma abres
Para el agobio de mi corazón alcanzar,
Sin antifaz, sin esconder tu designio,
Sin una palabra que me pueda explicar.
En la penumbra de mis sueños te siento
Acariciando mi piel te percibo
Y hechicera, mi amiga quisiste ser
Para jugar a vivir en ti, pero tarde llegaste
Temo por mí, el pesar me cautiva,
La muerte a sus brazos me llama,
El temor de renacer me agobia,
Y a la pena, volverla a encontrar.
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Tu, pena, que presurosa hasta mí llegas
Como el fuego que la leña abrasa,
Como los sollozos que cortan el suspiro,
Como la muerte que no espera el amanecer. PRECIOSO
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Muchas gracias Roxana por tu comentario me da mucho placer viniendo de ti, de quien admiro tus escritos. Un abrazo
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