Silencio, tú que a ojos cerrados
Un camino emprendes.
A dónde vas, pregunta el mundo,
Si la dignidad se envejece
A fuerza de tanto ocultarse
Y la espera se adormece
Bajo el frio de la tenebrosa desnudez
Cuál es entonces tu camino,
Si rondas a paso seguro por las calles,
Espejos de dolor,
Sin mirar bajo tus pies las huellas
Que sobre lágrimas y sangre dejas
Pisoteando angustia y confusión.
Al hombre del siglo perteneces,
Bandido, estúpido, indiferente,
Maestro corrupto de inutilidad.
No veras a la orilla de tus andares,
Ni la esperanza, ni el coraje, ni el amor
Cuando los ojos abrirás
Tarde ya será, el silencio quedará.
El camino continuará.
